Ya a esta altura el paisaje comenzó a variar un poco.. el desierto del Perú es bastante extenso, y a pesar del mes del año (marzo) el calor se hace sentir. Nos quedaban aproximadamente 600 km hasta Mancora en done nos habíamos propuesto descansar al menos un día.
Continuamos por la Panamericana norte sin problemas, cruzamos ciudades como Chiclayo, Sullana, y a las 15:40 hs estabamos ingresando a Piura, en donde almorzamos una vianda que nos vendieron dos chiquillas en una estación de servicio mientras cargábamos combustible... ( En estos lugares, las "gasolineras" solo tienen combustible y nada mas que combustible...no hay minimarket ni nada parecido..) luego de comer arroz con pollo de nuevo...iniciamos el viaje, cruzamos la ciudad y al salir a la ruta encontramos algo de desierto con arboles en algunos lugares habitados al costado del camino hasta llegar a Organos, un pueblo sobre la costa del Pacifico.
Las nenas que estaban vendiendo viandas en la gasolinera quisieron una foto con las motos |
El sol baja bastante rápido en esta zona del continente, por lo que llegamos con la oscuridad. Mancora es una población muy agradable, un balneario humilde, pero con una gran cantidad de turistas de todo el mundo; que vienen a buscar las magnificas olas del Pacifico para surfear . Hay muchos alojamientos, algunos parecen fortalezas debido a los altos muros perimetrales.
Apenas estacionamos en el centro se nos acerco un joven en una "mototaxi", a ofrecernos hotel, asesoramiento turístico y convencernos de donde alojarnos. Estábamos cansados por el viaje, por lo que nos sentimos un poco presionados. Solo queríamos descansar un poco, beber agua y con tranquilidad decidir por donde buscar alojamiento. Así fue como rechazamos el ofrecimiento de dos "taxistas" mas. Luego de un rato, otro joven nos convenció, y lo seguimos hasta que se metió por un barrio con calles muy angostas, como pasajes y cada vez con menos iluminación. En una esquina, escuchamos varios silbidos... (como los utilizados por los delincuentes en Argentina para avisar que entro alguien al barrio) esto no nos gusto nada, por lo que pegamos la vuelta y volvimos a salir a las calles iluminadas del centro. Al día siguiente nos enteraríamos, que efectivamente en ese barrio que habíamos ingresado era algo peligroso de noche. Así que buscamos alojamiento en los lugares que estaban sobre la calle principal.
El centro de Mancora |
Varios estaban completos y en uno de ellos los conserjes eran chicas jóvenes, francesas que hablaban ademas mejor en ingles, que en castellano. Estaba completo por suerte.. así que nos alojamos en el hotel vecino. Digo por suerte, porque de noche siempre había fiestas electrónicas en ese hotel ( todos los pasajeros eran turistas europeos) y descansar hubiese sido imposible. Desde nuestra cabaña a unos 60 metros se escuchaba la música de noche..